Finalmente, en 1958, el joven fisioterapeuta Eddie Bestregards, de Philadelphia, descubrió un método ameno y práctico para rehabilitar los esguinces de tobillo. Todos los felices pacientes de Eddie coincidían en que ese negrito escondido detrás de los marcos de las puertas no parecía enterarse de nada. Era Chubby Checker y vean cómo ayudó al gremio (de la fisioterapia):
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